martes, 26 de agosto de 2014

El último patriota

Llevamos tiempo que está de moda el patriotismo. Bueno en España, diría yo, que siempre lo ha estado. Unos se apoderan del concepto como seña de identidad a través de sus manifestaciones y a otros por ausencia de éstas se les considera carentes de ese amor a la patria. Si todo ello lo mezclamos con los nacionalismos, la coctelera resulta inquietante, sobre todo en los casos extremos.




Pero, ¿qué se entiende por patriota o por patriotismo?. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) la define como: “persona que tiene amor por su patria y procura todo su bien”.

Según esto, el caso recientemente descubierto de la familia Pujol, con don Jordi a la cabeza, no me refleja mucho patriotismo. Como tampoco los casos de Bárcenas y acólitos, banqueros famosos, deportistas de élite (de ahora y de antes),…y un largo etcétera.

Patriota es aquella persona que procura el bien con y para su país, que se preocupa de la colectividad, de mantener y sostener lo público, porque todo ello es la patria y su porvenir. Patriota son todos y cada uno de los ciudadanos que pagan hasta el último céntimo de sus impuestos para fomentar que el conjunto del país progrese, porque, repito, eso también redundará en el progreso de él y los suyos. Porque así se conseguirá una educación pública de calidad que fomente y logre la igualdad de oportunidades, y unos ciudadanos formados y críticos. Así lograremos mantener y ampliar un sistema público de salud que cubra a todos los ciudadanos en igualdad de condiciones garantizándoles un tratamiento de la máxima calidad y especialización. Y porque así se consigue tener un sistema de prestaciones sociales y de jubilación, que garantice un nivel de vida digno a las personas que por edad o padecimiento no puedan trabajar. Y sin olvidar de exigir a los políticos que administren todo esto de una manera totalmente eficaz, racional y honrada; siendo ésta la única forma de lograrlo. En definitiva así se asegura un Estado, o patria, fuerte, que procure el progreso de sus ciudadanos. Toda esta lección parece que no acabamos de aprenderla, cuando nuestros vecinos del norte de Europa la aprendieron hace ya muchos años; y así les va a ellos y así nos va a nosotros.

Todo esto que acabo de decir es amar a la patria y procurar su bien; y es que la patria somos, ni mas ni menos, que los ciudadanos que la conformamos.

Ser patriota no es besar una bandera, ni llevarla en el cuello del polo, ni salir al campo de juego con muñequeras rojigualda. Patriota es otra cosa. Y vuelvo a incidir, si la RAE dice que patriota es amar la patria y procurar todo su bien, eso sólo se puede hacer pagando los impuestos, porque el bien y el progreso de un país sólo se sostiene de esa forma. Que hace que tengamos una educación digna, una sanidad digna, un sistema de comunicaciones y transporte digno, etc… Defendiendo y respetando así lo público porque ahí está el dinero de todos.

Y vuelvo a repetir, si otros países están donde están y tienen el nivel de bienestar que tienen es porque allí casi todo el mundo paga sus impuestos. Y lo contrario se considera una deshonra. Y con presiones fiscales muchísimo más altas que la nuestra.

En éstos países, sienten y aman lo público, lo defienden y lo respetan, porque saben que sólo asó se puede lograr los mayores niveles de igualdad y bienestar del mundo. Entienden que ese es el secreto de su éxito.

El que así lo entienda es un verdadero patriota. Y no lo digo yo, recuerden, lo dice la RAE.