lunes, 15 de noviembre de 2010

Crisis Global: causas y soluciones

A estas alturas mucho sabemos ya de la crisis por unos y por otros. Mi intención es comentar y desarrollar las causas generadoras de tal catástrofe y las soluciones que, desde mi humilde opinión, se deberían adoptar. Con todo ello no trato, dios me libre, ni de sentar cátedra ni de establecer verdades absolutas e inamovibles. Sólo voy a tratar, de una manera sencilla y menos técnica posible, de ayudar al lector a comprender claramente lo que nos ha llevado a la situación actual y que podríamos hacer para salir de aquí.

Debemos recordar que se trata de una de las mayores crisis de la historia moderna. Crisis económica que fue presagiada por muy pocos, y por muchos menos en su magnitud.

Se trata de una crisis básicamente financiera, sobre todo en su origen, que ha tenido un gran efecto multiplicador, debido a la mayor característica del sistema financiero mundial actual que es la globalización. Motivada por los vicios e incorrecciones del mercado, que ha actuado basado en teorías neoconservadoras, que nos han traído esta situación, como ya explicaré más adelante. Y además la economía esta formada, en definitiva por hu-ma-nos, no se nos olvide, y el comportamiento humano en su complegidad es imposible que sea precedido por una fórmula matemática, porque no somos máquinas, tenemos sentimientos y en base a ellos actuamos, de forma prevista o no. Por ello me niego a creer en la certeza absoluta de esas teorías matemáticas, por muy respetables que sean.

La crisis actual, por explicarlo metafóricamente, ha sido como si después de varios días de juerga y excesos, llegase el despertar resacoso. Tras una época de abundancia, despilfarro, excesos, amoralidades, sobrepasando el margen de lo legal con tal de buscar el beneficio rápido. Época de especulación y dinero fácil, se abusó de todo ello creyendo que sería eterno, algunos economistas hasta lo demostraban científicamente y otros hasta hablaban del fin de los ciclos económicos motivados por la perfección del mercado y su autorregulación que solventaba los problemas que le pudieran venir. Hoy en día, parece de cachondeo, pero en su época, hace tan solo años, fue bastante aceptado, he aquí a lo que yo me refería antes. Y por todo ello vino lo que tenemos.

Parece que el ser humano siempre tropieza una y otra vez con la misma piedra. Después de cada episodio de crisis, se piensa que ya no va repetirse porque se ha aprendido de los errores. Pero, una vez tras otra, tras una fase de euforia y crecimiento se pasa a una de crisis. Y es que no aprendemos. Esto ya lo mencionó J.M. Keynes en el año 1936, fíjense si ha pasado tiempo y seguimos igual.

Una de las causas de mayor importancia de la crisis financiera ha sido el exceso de liquidez del sistema. Provocada por los bajos tipos de interés. Ese nivel tan bajo motivaba, al ser poco costosa la petición de préstamos, que hubiera mucho dinero en la sociedad. ¿Y porque se produjo ésto?.

La respuesta a esta pregunta hay que buscarla años atrás, dado que proviene de la crisis económica que afecto a los países emergentes de Asia en los años 90. Esta crisis tuvo sus motivos, expresado de forma rápida, en un exceso de endeudamiento exterior por parte de esos países. Que reaccionaron dejando de endeudarse y empezando a ahorrar. Y como consecuencia bajaron el consumo y la inversión. Ese aumento del ahorro se manifestó en una acumulación de moneda extranjera. Aumentaron de forma extrema sus reservas de dólares, que eran comprados a los países desarrollados. Ese aumento del ahorro se pudo llevar acabo gracias al bajo coste de la mano de obra, que hacen a sus productos muy competitivos. Estos productos eran y son vendidos en los países desarrollados, provocando unos grandes beneficios y un superávit de liquidez, acumulándose así sus divisas extranjeras. Los países desarrollados se caracterizaban por, todo lo contrario bajo ahorro, alto consumo e inversión. Por lo que, como consecuencia de todo ello, se produce unos flujos de capital de los países emergentes que empiezan a invertir en los países desarrollados, dotando a éstos de un exceso de liquidez. Dicho de otra manera, los países emergentes, sobre todo China, empiezan a ahorrar la gran masa de beneficios de sus actividades empresariales, siendo éstos derivados de producir con mano de obra barata y exportar sus productos a los países desarrollados. Estos ahorros se invertían en la compra de dólares, que a su vez se invertían en los países desarrollados, por la seguridad y fiabilidad que les ofrecía, provocando en estos últimos un exceso de liquidez, que se obtuvo a principios de siglo.

Ese exceso de liquidez afectó a sectores libres, en los que actuando con carácter especulativo se puede obtener unos beneficios altos e inmediatos. Uno de ellos fue el de la vivienda. Este sector sufrió en sobremanera el efecto del exceso de liquidez, que se manifestó en la unión de los tipos de interés bajos y la facilidad en la concesión de créditos por parte de las entidades crediticias (aumento del número máximo de años de amortización y rebaja en las condiciones de garantía de los solicitantes). Ello hizo que se inflara la burbuja inmobiliaria con un aumento del precio de la vivienda totalmente desmesurado. Se desarrolló durante demasiados años la cultura de la economía especulativa y se fue desechando la productiva. Todo el mundo se introdujo en la especulación financiera, los que tenían dinero con lo que tenían, y los que no, pues endeudándose para especular, no para comprar y vivir.

En los Estados Unidos fue todavía peor, debido a que allí se desarrollaron las hipotecas “subprime”. La explicación sencilla de éstas es que son préstamos hipotecarios concedidos a personas sin recursos a tipos de interés altísimos (15%), y que por arte de la ingeniería financiera eran calificados, por las agencias de calificación, como préstamos de alta solvencia, se dividían por partes, no siendo consciente el consumidor final de ese producto financiero de la realidad de lo que esta comprando. Cuando empezaron a haber impagos todo el sistema cayó como fichas de dominó. Si a eso le unimos que en los Estados Unidos se responde ante un préstamo hipotecario tan solo con el inmueble hipotecado y no con los recursos personales del prestatario, además se les financiaban el ciento y pico por ciento de la inversión, es decir el financiaban el precio de la compra-venta y los gastos, por lo que al que le concedìan un préstamo hipotecario no tenía nada que perder. Ello provocó la quiebra de bancos (Lehman Brother, etc…) y la situación delicada de otros tantos. Debido a lo globalizado del sistema financiero las subprime afectaron a todo el mundo, no solo a los EEUU. Y es que, como ya he manifestado antes, estas hipotecas subprime se vendían en paquetes, y estos paquetes eran incluidos en productos financieros que eran vendidos por todo el mundo. Parte de culpa, también, la tienen las agencias de calificación, que de una manera incomprensible e irresponsable calificaban estas deudas como de excelente calidad. Hoy sabemos, porque lo hemos vivido que el cóctel era explosivo.

Lehman Brothers quebró por todo ello, pero muchos otros estuvieron en la cuerda floja y se salvaron gracias a los respectivos Estados. Se produjo una época de histeria colectiva en la que todos los bancos eran sospechosos de quiebra inmediata, los clientes empezaron a retirar sus fondos de los bancos, aunque fueran los más seguros del mundo. Los medios de comunicación, como reflejo de la sociedad, también ayudaron a ello, recuerdo que si escuchabas el programa de Onda Cero de las mañanas y tenias un céntimo en el banco no dudabas en retirarlo, por poner un ejemplo. Los accionistas empezaron a vender sus acciones de los bancos y muchos tuvieron que ser nacionalizados o intervenidos. Los gobiernos, en aras de solventar ese problema, aumentaron el límite garantizado de los depósitos de 30.000 a 100.000.- euros. Luego, la cordura se fue, poco a poco, apoderando de todo y se fue tranquilizando el asunto. Pero, debido a ello y al aumento de la morosidad provocada por la crisis económica, el crédito fue contraído por parte de las entidades crediticias. Lo que sirvió de puntilla final a la economía, debido a que produjo una caída de la inversión y el consumo, y así un aumento del desempleo.

No me gustaría seguir sin remarcar unos puntos que he expuesto antes, debido a que afectaron nuestro país en sobremanera. La economía especulativa venció a la productiva (véase articulo anterior); el número de inmobiliarias creció en un 58% y el empleo en industria bajo a un 17% en esa época. En España mucha gente especuló con vivienda, fuera o no profesional del sector. Ello provocó que el precio de la vivienda subiera en forma de espiral, si ha ello le unimos que el sector de la construcción en España siempre a tenido un fuerte peso, obtenemos, así, unas tasa de PIB históricas. Tal es así, que nos decían que éramos la octava potencia mundial. Recuerdo a dirigentes del gobierno de esa época decir, cuando se les criticaba por la burbuja inmobiliaria, que era una riqueza tangible y efectiva del país. Con el tiempo hemos visto, que no era tal cosa, ya que todo se derrumbó cuando se pinchó el globo. Y nos ha afectado más por eso mismo, porque éramos y somos un país albañiles y camareros, y eso debe cambiar. Pero debe cambiar no sólo para que no nos afecte otra crisis, sino, simplemente, para salir de ésta, pero de esto ya hablaré mas adelante.

Es bueno pedir prestado, cuando el dinero se dedica a invertir en producción, debido a que la probabilidad de devolver el dinero es alta. Pero endeudarse para especular, eso ya es otro cantar. ¿Usted prestaría dinero a alguien para comprar lotería?. No verdad, porque existe una probabilidad muy alta de que no le pueda devolver el dinero. Pues bien, eso es lo que ha ocurrido. Alguien cree que esa situación podría ser sostenible, como creía ese dirigente del gobierno.

Paul Krugman, premio Nóbel de economía 2008, dijo una frase referida a su país EEUU, que se podría extrapolar a cualquier otro: “Los Americanos, hoy en día, hacen dinero vendiéndose las casas unos a otros con el dinero de los Chinos”. Este señor fue uno de los pocos economistas que anunciaron la crisis económica y su magnitud.

Me gustaría explicarles un poco más profundamente lo que son las hipotecas basura o subprime, dado que han sido otro de los factores claves de la crisis y su globalización. Las hipotecas basura, como ya he mencionado antes, son préstamos hipotecarios de tipos de interés altísimos, concedidos a personas sin recursos para comprar de viviendas, financiándoles todo el importe de la inversión incluidos los gastos. Antes los bancos mantienían los préstamos hipotecarios en sus balances por lo que se preocupan muy mucho de que los prestatarios fueran solventes y tuvieran capacidad de pago. Pero se inventó el mecanismo de la titulación hipotecaria, que es sin más la venta por partes a terceros de esa hipoteca. Por lo que si vendo la hipoteca desparece de mi balance. Es decir las hipotecas se troceaban y se vendían a otros, y estos otros se las vendían a otros y así sucesivamente. Así el comprador final de éste producto, que podían ser particulares, fondos de inversión u otro banco, no era consciente de la solvencia final del producto. Como además, las agencias de calificación las puntaban con buena nota, era muy difícil saber que en realidad se trataba de basura, de préstamos que iban ser incobrables, que en definitiva eran papel mojado. Cuando estos préstamos empezaron a ser impagados, esto afecto a muchos bancos, como ya hemos mencionado antes. Ello provocó una falta de confianza en el sistema y en los mercados, que hizo que se acrecientase la crisis.

Hasta aquí he expuesto que ocurrió para que aconteciera la crisis, pero y ¿que se ha hecho por parte de los gobiernos para intentar solucionar el problema?. Los gobiernos de todo el mundo actuaron de forma coordinada, no podía ser de otra forma, para salvar el sistema. Es decir el Estado intervino en el Mercado para salvar sus imperfecciones y fallos (Teoría Keynesiana), no se olviden de esto que ya se lo mencionaré mas adelante. Los gobiernos establecieron una serie de pautas de actuación: salvar al sistema financiero para evitar un crack, invirtiendo recursos salvando bancos y sectores (como el del automóvil); fomentando la demanda interna, a través de obras públicas (Plan E, obras civiles…) y subvenciones, para contener el desempleo y aumentando la demanda interna en los países asiáticos que provocase la no acumulación de reservas.

Pero, a la fecha en que escribo este artículo, la unidad y coordinación en cuanto a las políticas económicas a desarrollar por los Estados se ha roto por completo, existiendo dos bandos: por un lado los EEUU con unas políticas progresistas de corte keynesiano y, por otro, lado Europa con políticas neoconservadoras. Los primeros abogan por continuar con la misma política de intervención del Estado en la economía para fomentar el crecimiento económico a través de obras en infraestructura, ayudas y subvenciones, políticas sociales, etc… obtenida todas ellas mediante el endeudamiento del Estado, y ya están obteniendo crecimiento económico. Los segundos, Europa, hace poco ha pegado un golpe de timón en su trayectoria y, obligada por Alemania y sus bancos (son los mayores prestamistas de dinero a los gobiernos europeos), ha cambiado de política económica decantándose por teorías neoconservadoras de contención del déficit público, estableciendo recortes en pensiones, en sueldos de funcionarios, en obras de infraestructura, etc… y Europa no presenta crecimiento económico reseñable en su mayoría, tan sólo Alemania se puede decir que mantiene un crecimiento apreciable. Los Estados Unidos dicen que Europa le ha quitado el medicamento al enfermo demasiado rápido.

En el caso de nuestro país que seguía las políticas económicas progresistas ha tenido que virar de un día para otro, entiendan esto de forma literal, obligada por Europa, más concretamente Alemania, a políticas de corte conservador, bajo “amenaza” de expulsarles del sistema monetario europeo y provocar la quiebra del país a través de la negación en la financiación de la deuda, es decir, o haces esto o no te presto mas dinero. Ante tal postura el Gobierno de España no tuvo mas remedio que aplicar una serie de medidas que atacaban lo que hasta ahora ellos habían defendido, bajada de sueldos a funcionarios, congelación de las pensiones, parón en las inversiones en infraestructuras, y ahora, reforma laboral, que ataca a los derechos consolidados de los trabajadores, y de aquí a poco reforma del sistema de pensiones aumentando la edad de jubilación a los 67 años.

Debo informar a los profanos que todos y absolutamente todos los gobiernos del mundo necesitan acudir al endeudamiento, o déficit público, para realizar sus políticas de gobierno, desde que el mundo es mundo. Gracias a esto en la historia han existido grandes banqueros (Los Medici, los Fugger, los Rothchild, etc..) que han prestado dinero a los gobiernos para poder actuar. Bien está que, por ejemplo, en Europa se puso unos límites a ese déficit público, establecidos en los criterios de Maastrich, pero que en época de crisis como ésta ningún país ha obedecido, debido a que ha necesitado endeudarse más para poder aplicar políticas económicas que estimularan la economía de cara a sacar a sus países de la crisis.

Los mercados provocan una crisis y los gobiernos salen en ayuda de los mercados para lo que tienen que endeudarse aun más, y ahora una vez que los mercados están salvados le piden a los gobiernos que, o reducen ese déficit o les dejan de prestar dinero y les provocan la bancarrota. La paradoja es enorme y lo injusto del sistema también.

Desde la crisis energética y económica de los años 70, existe una corriente económica, la Monetarista, que defiende la perfección del Mercado, y que en esa época apartó a la Keynesiana que estaba vigente desde los años 30, . Siendo éste capaz de resolver sus imperfecciones sin que tenga que intervenir el Estado. Como se ha visto, hoy en día ésta teoría es totalmente errónea. Hemos vivido como los gobiernos han tenido que salvar los tratos al Mercado como en el año 1929. Y lo ha hecho, como ya he mencionado, endeudándose aún más para salvar al Mercado y a la economía. Y los mercados, una vez salvados gracias al endeudamiento de los gobiernos, le reprochan a éstos que estén tan endeudados. Y les obligan a reducir el déficit, provocando movimientos desestabilizadores para que sigan las políticas que ellos propugnan. Esto lo hemos podido ver meses atrás con el asunto de los movimientos en las bolsas que forzaron que países como España abandonaran definitivamente las políticas de tipo Keynesiano por las políticas conservadoras.

Llegados a éste punto, me gustaría explicar al querido lector un asunto que es fundamental para tratar de entender lo que ocurre en el Mundo. El tema es muy sencillo, desde tiempo atrás existen en la historia escuelas o corrientes económicas. Cada escuela defiende unas teorías y postulados económicos que en mayoría difieren de una escuela a otra. Muchas son una evolución de otra posterior. Dependiendo de que el gobierno de turno siga una u otra, incidirá en el resultado de las políticas de ese gobierno. Así hoy en día están en liza dos corrientes la neokeynesiana y la neoconservadora. La primera apuesta por la inversión pública, aumento de las prestaciones sociales, para favorecer la creación de empleo y el crecimiento económico. Los resultados se están viendo ya en los Estados Unidos que es el país que las aplica, como ya se vio en los años 30 y 40. La segunda, determina que primero hay que reducir el déficit en 3 años al 3% y para ello hay que congelar las inversiones públicas, reducir los gastos sociales, congelar las pensiones, mercado laboral más flexible (con la consecuente pérdida de derechos para los trabajadores). Con ello se tendrá un déficit impoluto pero se tardará mucho más en salir de la crisis y en crear empleo. Ese es el motivo por el cual se dice tan reiteradamente que vamos a tardar varios años en volver a crear empleo de forma considerable. Y es que, Europa al aplicar estas teorías neoconservadoras ha provocado un enfriamiento en el proceso de recuperación económica. No olvidemos que el crecimiento económico es lo que produce empleo y éste es el que crea riqueza en la sociedad, y si Europa no va a tener crecimiento económico en un tiempo pues no va tener crecimiento del empleo. El resultado de una y otra política lo veremos en el futuro.

¿De que sirve que un estado tenga las cuentas saneadas si no tenemos crecimiento económico?, ¿de que sirve que los banqueros alemanes estén totalmente tranquilos con el dinero que prestan a los países, si ese dinero no llega a los ciudadanos?. Las políticas de ajuste del déficit deben ser aplicadas en épocas de bonanza económica dado que permite que las políticas a aplicar no sean de carácter traumático para la sociedad. Con ello no digo que hay que tener mesura con el déficit, pero lo que no se puede es pedir que se reduzca de una manera tan rápida, brusca y sin crecimiento económico que lo apoye, porque para ello se ven obligados lo gobiernos a aplicar medidas muy drásticas y dolorosas.

El colmo de la locura la hemos vivido éste año; una crisis económica provocada por lo postulados neoconservadores (libertad de movimientos de mercado y de capital), pretenden arreglarla con recetas de corte neoconservador. Y encima culpando de la crisis a las políticas progresistas y a los gobiernos que las secundan. Parece de locos, ¿verdad?, pues la cosa no acaba ahí: las agencias de calificación, esas mismas que establecieron que las hipotecas subprime como de alta calidad y bajo riesgo, aún siguen calificando la deuda de los distintos países. Calificando a España como de alto riesgo, hasta aplicar las medias de ajuste que le impuso Europa, y en caso de no aplicarlas hubieran calificado la deuda como de alto riesgo y hubieran provocado una bancarrota. Conjuntamente había movimientos especulativos en la bolsa con respecto al tema, en los que si el valor de la deuda y de acciones bajaba habría capitales especuladores que ganarían mucho dinero, debido a los mecanismos de compra y venta call y put. La cosa de verdad que es grave, que se pueda llegar a jugar de tal forma con la suerte de un país y de las personas que lo conforman.

Las agencias de calificación son entidades privadas con ánimo de lucro, son como agencias de prensa dedicadas a la opinión y medición del riesgo de toda clase de valores negociables. Y cuando se les pregunta por sus fallos, como el de las subprime, se excusan en la libertad de prensa y de opinión. A que da risa.

Además tenemos un sistema totalmente incentivado a correr riesgos, dado que, por ejemplo, si los bancos incurren en grandes riesgos en operaciones debido a que esperan obtener unos grandes beneficios, después si no los obtienen y han arriesgado tanto que pueden quebrar, no pasa nada porque el Estado los salva, debido a que sería tremendamente dañino para la economía de un país que eso ocurriera. Así que si gano dinero lo gano yo, pero si lo pierdo los pierdes tú. El juego es redondo. El sistema lo tienen montado de tal forma que el gran capital nunca pierde.

Hasta ahora he comentado lo que los gobiernos están haciendo en mayor medida. Al principio de la crisis se anunció por parte de los magnatarios más poderosos (G20) que había que hacer grandes reformas, que el sistema necesitaba una refundación, pero sigue pasando el tiempo y nada de eso se ha llevado acabo. Y se debería poner legislación en contra de la especulación y el libre movimiento de capitales internacional con carácter especulador, hay que acabar, mediante la regulación con el “casino financiero internacional”, eso no admite demora. Las agencias de calificación no pueden ser entes privados con ánimo de lucro, al contrario, deben de ser los propios Bancos Centrales los que califiquen los valores mercantiles. Estamos cometiendo de nuevo los mismos errores, dado que no hemos cambiado, ni siquiera reformado, las pautas que nos llevaron a ésta crisis. Esto hace que mucha gente se plantee sino estamos incubando ya la próxima crisis.

En el caso de España, nos encontramos con que falla algo más y es nuestro modelo económico-productivo. Tenemos una excesiva dependencia de la construcción en nuestra economía. Esto ha provocado que la crisis actual, debido a sus características, haya afectado de forma bastante más agresiva en nuestro país. Nos debemos de reinventar y apostar por nuevos sectores y nuevas alternativas de producción, como sectores principales; el ejemplo de Finlandia después de la crisis de los años 80 y 90 es alentador; invirtieron en educación y apostaron por la Investigación y el Desarrollo (I+D), pasando de ser un país eminentemente agrícola y empobrecido a ser un país con una de las rentas percápita más altas y con una industria tecnológica puntera en el mundo entero, véase el ejemplo de Nokia.

Pero las cosas no se hacen de hoy para mañana y mucho menos con lo que tenemos en nuestro país. En primer hay que atacar a la Educación y formación de nuestra sociedad. Y para ello los partidos políticos deben abandonar, de una vez por todas, los intereses partidistas y tener sentido de estado, teniendo una negociación seria y profunda en la que se alcance unos acuerdos globales en tema de educación y sistema educativo, en el que ambos estén totalmente de acuerdo y no sea cambiado por cada gobierno de turno. Implantando un sistema educativo que incentive al alumno, que premie el esfuerzo y el trabajo; proteja, respete e incentive profesionalmente al profesor; e implique a los progenitores en la educación de sus hijos. Un sistema educativo que esté presupuestariamente dotado de todos los recursos necesarios para realizar su labor. Sin ello no es posible hablar de I+D, desarrollo tecnológico ni nuevas tecnologías, sino sólo seguiremos hablando de albañiles y camareros.

Debo reseñar que la culpa no es sólo de la administración y el cambio continuo de sus leyes educativas y sus faltas de presupuestos. Aunque mucho podríamos hablar de los actuales sistemas en los que se puede pasar de curso sin haber aprobado las asignaturas, etc… que tan sólo hacen desprestigiar nuestro sistema y nuestro país. Pero como decía aquí hay mas patas en el banco y una muy importante es la que conforman los padres y madres de los alumnos. Jamás en nuestra historia democrática, de la anterior no hablo por razones obvias, han tenido mayor representación y peso político los padres en el sistema educativo y jamás se han obtenido peores resultados académicos, por lo que ellos también son responsables del fracaso. Los padres/madres tienden a exigir, ya sea a la administración o a los profesores, lo cual está muy bien, pero porque no se exigen a ellos mismos también. Sería interesante que los padres se dieran cuenta que los responsables principales de la educación de sus hijos, en su más amplio sentido del término, son ellos mismos, dotándolos de una serie de valores que son necesarios para vivir en sociedad y para el desarrollo personal del individuo. Deben de ver las escuelas no como el lugar donde aparcar los hijos durante unas horas, sino como el sitio donde su hijo va a empezar a labrar su futuro, y por ello deben incentivar y ayudar a éste para que se esfuerce por aprovechar esa oportunidad que es la educación. El ejemplo de esta realidad la vemos en el adelanto del inicio del curso escolar del día 15 al día 10, que es solicitado por los padres no para que sus hijos reciban más formación sino para no tenerlos en casa esos 5 días, porque ¿qué se puede aprender de más en 5 días?. Los datos de nuestro país son escalofriantes; hay un 14% de la población de 16 a 24 años que ni estudia ni trabaja, la tasa de desempleo juvenil es del 25% El fracaso de nuestro modelo educativo se puede ver en nuestra sociedad de hoy en día y en nuestra estructura productiva. Señores gobernantes, señores padres y señores maestros esto hay que cambiarlo entre todos, porque en ello va nuestro futuro y el de nuestros hijos.

La educación y formación es un pilar básico, no sólo desde el punto de vista humano, como ya dije en otro artículo sino también desde el económico. Los países como China e India nos han ganado la batalla definitivamente en el sector industrial con tecnología importada y con derechos sociales y laborales ausentes. Y ahora están apostando fuerte por la educación, ¿perderemos también esa batalla en los trabajos de cuello blanco y trabajos de mayor formación?. El tiempo lo dirá.

Debemos apostar definitivamente por la educación y menos por la construcción. Inyectando ayudas e incentivos a la construcción y promoción inmobiliaria fomentamos no salir del agujero. Aunque consigamos crecimiento de empleo a corto plazo, este será totalmente inestable como la historia ha demostrado. En cambio, apostando por la educación, dotándola de mayores presupuestos y recursos, e implantando un modelo educativo estable, proporcionaremos una cantera de capital humano capacitado del que pueden salir frutos muy interesantes, eso si, es a largo plazo. El desarrollo educativo es indispensable para poder apostar por la políticas de I+D, tan de moda hoy en día, por muchos fondos que absorba ésta. Está demostrado que los países más cultos y con mayor nivel educativo son los que más crecen en el largo plazo. Guillermo de la Dehesa señala que “los estudios económicos-empíricos sobre la educación demuestran algo bastante simple: que cuanto mejor pagados estén nuestros maestros y profesores más reputación social tienen Y cuanto menor es el número de alumnos por clase, tanto mejor y de mayor calidad es la educación. Ésto no es excesivamente complejo ni muy caro, sobre todos cuando se observa cómo se despilfarran recursos públicos en gastos que aportan poco o nada a la sociedad y al futuro del país”, totalmente de acuerdo.

Debemos enmendar el error que cometimos al exportarles sólo tecnología a los países asiáticos y no nuestro sistema de legislación laboral y protección social, ya que de ahí radica nuestro problema de falta de competitividad. Es de locos querer solucionar nuestros problemas de falta de competitividad atacando a los derechos de los trabajadores. Debemos defender que nuestra economía sea más competitiva a través de la ventaja comparativa y el desarrollo tecnológico, es decir, la Investigación y Desarrollo (I+D), pero no desde el punto de vista de abaratar costes a través de la mecanización, si no desde el punto de vista de creación de nuevos productos y de mas calidad que los de nuestra competencia. Repito, por ello debemos ser competitivos a través de la I+D, de la formación y capacitación, de la estrategia, y no a través de la pérdida del estado del bienestar. No a través de la pérdidas de derechos con salarios más flexibles, menos cotizaciones a la seguridad social por parte de las empresas, despidos más baratos, etc… Dado que sería pan para hoy y hambre para mañana, y sólo beneficiaría a unos pocos, a los de siempre. Por eso, esa no es la apuesta del Gran Capital, como se ha demostrado en las amenazas y chantaje de los mercados a los gobiernos en los últimos meses.

El Gran capital tiene la oportunidad histórica de acabar con tantos derechos alcanzados por los trabajadores en el estado del bienestar, y no la van a dejar escapar, no lo duden. Un presidente tan poderoso como es el de los Estados Unidos, el Sr. Obama, lo ha intentado, llegó a decir “si los señores de Wall Street quieren guerra, la van a tener”, pues el primer asalto lo ha perdido dado que en las últimas elecciones ha perdido la mayoría en el congreso. Y es que ellos, el Gran Capital, tiene un arma muy poderosa y que en nuestros tiempos es letal, el dinero. Los estados que les ayudaron y los sacaron de la crisis, necesitaron de un mayor endeudamiento para poder efectuar ese recate, ahora cuando están saneados les exigen a los gobiernos que reduzcan ese déficit de forma inmediata o provocan otra crisis. Esto ya lo he mencionado anteriormente pero me gustaría remarcarlo. Todos los países, menos los Estados Unidos, por ahora, están siguiendo sus postulados neoconservadores para salir de la crisis. Sino, como le sucedió a España, te corto el grifo de la financiación y tienes una quiebra en 24 horas. El Gobierno de España tuvo que aprobar medidas neocon y seguir sus dictados de una manera coaccionadota y chantajista, entre las que estaban: contención del gasto en infraestructuras, reducción del sueldo de los funcionarios en un 5% de media, reforma laboral con pérdida de derechos laborales (como el abaratamiento del despido), etc… En Alemania ha despedido a 15.000 funcionarios. Y en Inglaterra, dentro del paquete de medidas del actual gobierno conservador del señor Cameron, que el Sr. Rajoy ha declarado que le gustan, se prevee la supresión de 45.000 empleos públicos.

Pero porque ninguno se ha atrevido en incrementar los impuestos a las grandes fortunas y las SICAV que cotizan tan sólo al 1%?¿Porque no se hacen leyes para que recircule el crédito, que es un factor fundamental para salir de la crisis?. A que más de uno tenemos ya la respuesta. Y es que perro no come perro. El gran capital obliga a los gobiernos a implantar políticas que les beneficie, aunque vayan en contra de la economía, pero no que les perjudique.

Llegados este punto, me gustaría exponer lo que sobre todo esto, con una claridad absoluta, a dicho Felipe González “En lugar de dictar tu la norma para que el mercado funcione, el mercado te impone la norma para sobrevivir (que, por cierto, es la ausencia de la norma). Y eso es lo peor, porque el mercado sin reglas te pide hoy lo contrario de lo que te va pedir mañana. O de lo que te pidieron ayer, que era que rescataras la mano invisible del mercado de la propia catástrofe que había generado. Esto es, que hagas intervencionismo del más descarado a costa del contribuyente o del ahorrador, para rescatar al mercado. Sitúate en la piel de Obama: debo poner setecientos mil millones, después ochocientos ochenta mil, total, dos billones de dólares sólo para salir de esa catástrofe provocada por el sistema financiero sin reglas. Muy bien, y una vez que pongo ese dinero, puro erario público, puro endeudamiento, y usted está ya rescatado, ahora me exige que reduzca dramáticamente el déficit y el endeudamiento al que he llegado para rescatarlo. Me pide que me endeude y después me exige que me desendeude o me penaliza. Esto es lo incomprensible de la situación que estamos viviendo”.

En resumidas cuentas que o refundamos el sistema o volveros a nueva crisis inminente. Y además en España o cambiamos el modelo productivo o no saldremos nunca de la crisis y siempre estaremos expuestos a ella. Pues bien, ambas cosas, en la época en la que estamos, aun no se han llevado a cabo. El tiempo pasa y se agota la oportunidad de conseguirlo, pero aún estamos a tiempo.

sábado, 23 de enero de 2010

Formación-Valores vs Mercado Laboral

He leído que un partido político ha realizado una propuesta para la reforma del sistema educativo, dicha propuesta, entre otros muchos asuntos interesantes, postula que se debe premiar y valorar más el esfuerzo y capacidad de los alumnos en toda su etapa formativa. La verdad es que me parece bastante interesante este punto, ya digo que la propuesta reformista del sistema educativo posee muchos más. Pero yo me quiero detener, por lo menos ahora, en este punto: que se valore más el esfuerzo, cuestión con la que estoy totalmente de acuerdo. Es muy interesante que al alumno se le forme dentro de una serie de valores como son el esfuerzo, el trabajo, la constancia y que se le premie por ello; porque en la vida real, al menos teóricamente, debería ser así.

Y ahora yo digo una cosa, ¿se valora el esfuerzo tanto formativo como laboral en el mercado de trabajo?. ¿A los estudiantes les va a servir el tener una buena formación, obtenida con trabajo y esfuerzo, para obtener un puesto de trabajo acorde con esa formación tanto en el aspecto retributivo como en el del bienestar, entendiendo por bienestar el disfrute de una serie de derechos laborales?. Pues bien, la respuesta es desgraciadamente no. ¿Por qué?, pues muy sencillo, porque de nuevo dependemos del Mercado y su Ley de la Oferta y la Demanda. Es triste pero es así de sencillo, el Mercado Laboral aunque en la teoría esté regulado por los convenios laborales, en la práctica está regulado por la Oferta y la Demanda, como otro mercado cualquiera. Como en artículos anteriores me vengo a referir a que en el s.XXI seguimos teniendo carencia de derechos laborales en muchos aspectos.

Los ejemplos de lo que expongo se ven a diario. Aunque parezca mentira existen muchos Ingenieros en Telecomunicaciones, Ingenieros en Informática, Ingenieros en Caminos Canales y Puertos, Licenciados en Derecho, Médicos, etc… que ganan no menos, sino mucho menos que un fontanero o un electricista. Sin querer, en ningún momento, menospreciar estas profesiones ni quienes las realizan, pero indudablemente un profesional de la fontanería no ha realizado el esfuerzo formativo que un Ingeniero de Caminos ni muchísimo menos, y es más, su trabajo no conlleva la misma responsabilidad ni por asomo. Pero ¿qué razón hay para que el fontanero gane mucho más? Pues la sencilla razón de que existen muy pocos fontaneros para la demanda de trabajos de fontanería que tiene la sociedad y muchos Ingenieros para lo que se demanda. El empresario pone las cartas sobre la mesa, o coges el trabajo con estas condiciones o lo dejas porque tengo a cuarenta detrás tuya, es lo que se conoce en economía como exceso de oferta laboral. Un ejemplo de lo contrario ha ocurrido hace poco con el “boom” inmobiliario, que eran tantas la obras en construcción que había una demanda de albañiles tremenda, provocando que un albañil cobrase unos 2.000 euros al mes, en muchos casos sin tener ni idea de albañilería. También tendría influencia el tema de la economía sumergida, los sueldos en “B”, etc… No digo que el albañil debe ganar menos, pero es indudable que el Ingeniero debería ganar mucho mas, estos dos son dos ejemplos que escojo al azar como ejemplos contrapuestos de lo que pretendo explicar, sin querer descalificar ni a uno ni a otro, dado que me parecen dos profesiones la mar de respetables y honradas.

El exceso de oferta laboral implica reducción de salario y rebaja de los derechos de los trabajadores. Señores, los Ingenieros en Informática en ciertas empresas de ciertos Parques Tecnológicos ganan unos 800 euros al mes, saben a que hora entran pero no saben a cual van a salir y encima no les pagan las horas extras. Conozco casos de Ingenieros que trabajan en empresas multinacionales que ganan una miseria para lo que trabajan y la responsabilidad que conlleva su trabajo, que entran a las 9 y salen a las 10 de la noche, que tienen que desayunar en su puesto trabajo disimuladamente sentados en su silla sin poder moverse y encima sin ensuciar, que la horas extras no se las pagan cuando a los Aparejadores si, que si se dan de baja les pueden echar, que les piden en mitad de sus vacaciones que se incorporen al trabajo. Cuidado que estamos hablando de una persona que se ha tirado gran parte de su vida formándose, que tiene una carrera de unos 5 años sin repetir curso, en el mejor de los casos, por lo tanto con una capacidad intelectual, de trabajo y formativa envidiables. Pero mala suerte, hace 20 años con la mitad de formación eran los reyes del mambo, pero claro había pocos Ingenieros por aquellas fechas.

Existe una teoría económica, que por antigua no deja de ser cierta, que no gusta para nada a los neoconservadores, que es que cuando el Mercado falla debe intervenir el Estado para solventarlo y enmendar ese fallo. Debemos pedir a nuestros legisladores que establezcan leyes que regulen no sólo el Mercado de Trabajo sino que también potencien las inspecciones de trabajo constatando que esa regulación se cumple. Y si se detecta que no se cumple se debe sancionar de forma contundente. Tenemos que exigir a nuestros sindicatos que sean activos y efectivos, que luchen de una vez por el derecho de todos los trabajadores y no sólo de los más mayoritarios, porque todos en definitiva son trabajadores. Debemos cambiar las cosas para incentivar a los que vienen y para mejorar las cosas de los que ya están. Los jóvenes estudiaran, se esforzaran por mejorar, de cara a que ese esfuerzo sea recompensado en un futuro con un puesto de trabajo, con un nivel salarial y unos derechos laborales acordes con lo estudiado. Porque por mucho que se valore y premie el esfuerzo en la etapa formativa, si luego no es recompensado cuando se llega al Mercado de Trabajo mal vamos. Y es que hay veces que uno piensa que está el mundo al revés.

No quiero hablar en ningún momento de la capacidad de superación, esfuerzo y trabajo que conlleva aparejado a toda persona que consigue en la vida obtener lo que se propone. No hablo, para nada, del esfuerzo que requiere ese hito, sino de todo lo contrario. Hablo de los que lo consiguen sin esfuerzo, tan sólo con la ayuda de un mercado libre que todo lo puede, por culpa de una ley injusta por su libertad como es la Ley de la Oferta y la Demanda, que paradoja ¿verdad?, que una ley sea injusta debido a que es libre y bucee en la más pura libertad.

Yo sólo pretendo hablar, en definitiva, de los valores que debemos aportar a nuestros hijos para que consigan desarrollarse no sólo profesionalmente, sino también personalmente. Debemos hacerles saber algo que nuestros antepasados explicaron a nuestros mayores, “que el saber nos hará libres”. Por eso lucharon por dar una formación a sus hijos que los hiciera mejores. Que realicen la profesión que realicen, universitaria o no, en la vida lo hagan con una buena formación no sólo profesional sino también cultural. La primera los hará mejores en la vida laboral y la segunda los hará mejores, simplemente, en la vida. Hoy en día debido a la capacidad de ganar dinero fácil y rápido sin formación alguna y trabajando en sectores como la construcción, por ejemplo, esos valores de esfuerzo y trabajo han desaparecido. Muchos jóvenes opinan que para que voy ha estudiar si para trabajar en la construcción, sigamos poniéndola como ejemplo, no lo necesito y voy ha ganar más que estudiando. Y si encima tenemos un Sistema Educativo que no le exige al alumno ningún tipo de nivel, permitiéndole pasar de curso aunque no haya adquirido los conocimientos mínimos exigibles. Eso nos convierte, en el terreno económico, en épocas de crisis, en una sociedad de paro sin formación para dedicarse a otro sector. Y en el terreno social en una sociedad sin valores e inculta, como puede verse en la calle día a día. Y esto último nos debe dar más miedo que lo primero. Una sociedad sin valores e inculta es fácil de engañar y no va ningún lado, tan sólo a su mera destrucción. Parece incomprensible pero estoy llegando a las mismas conclusiones que llegaban en el primer tercio del siglo XX los progresistas que pretendían cambiar España. Por lo que aún queda mucho por hacer o algo no estaremos haciendo bien. O tal vez, simplemente hemos progresado tanto, que no lo valoramos y nos da igual volver atrás.