domingo, 25 de septiembre de 2011

El hambre en el siglo XXI

Si vivimos en la etapa de la historia de mayor producción de alimentos, ¿por qué existen 925 millones de personas hambrientas según la FAO?, ¿por qué la mayoría de los países en los que el nivel de población con hambre es elevado, son países con recursos naturales suficientes como para que esto no ocurriera?, ¿Por qué los esfuerzos que se siguen realizando por parte de distintos organismos siguen siendo insuficientes para paliar el problema?. A todas las preguntas me gustaría dar respuesta en este artículo y así conocer más y mejor un problema tan amplio e importante que afecta tan gravemente a nuestro planeta.


Como he indicado, y aunque parezca increíble por la época en la que estamos, existen 925 millones de hambrientos en el mundo. 925 millones de personas que no tienen nada que comer, nada absolutamente nada. Pero la cosa, desgraciadamente no acaba ahí, si no lo remediamos se espera que el número para el año 2017, es decir dentro de 5,5 años, aumente a los 1.200 millones de personas hambrientas. Es más, según Holt-Giménez, la actual crisis alimentaria está afectando de manera directa o indirecta a unos 3.000 millones de personas, la mitad de la población mundial.


Las causas que explican todo ello son muchas y diversas. La causa principal es que estamos inmersos en un mundo absorbido por lo principios del capitalismo salvaje, como son la especulación, la explotación exacerbada, la globalización, las leyes de los mercados especulativos, los Grandes Capitales (GC)….


Si tenemos la mayor producción de alimentos de la historia y tenemos 925 millones de hambrientos, es porque el problema no está en la producción, como se creía en los 60-70, si no en el acceso de la población a los alimentos más básicos, debido a que no pueden pagar los precios establecidos y ésto se agrava en los países del Sur. Es decir, la causa no es la falta de alimentos sino la imposibilidad de acceder a ellos. En la mayoría de países del Sur, su población destina un 60% de su renta a la compra de comida y en los países más pobres alcanzan la cifra del 80%. En los últimos 3 años el precio del trigo ha sufrido un incremento 130%, la soja un 87%, el arroz un 74% y el maíz un 31%; y éstos alimentos básicos en las respectivas dietas de los países del Sur. Todo esto último es según datos del 2008, ¿cómo no estará la cosa hoy en día?, pregúntenle a los del cuerno África y se lo dirán.


Este problema, de inacceso de la población a los alimentos provocado por el nivel de los precios, es la punta del iceberg. Porque si investigamos las causas nos damos de bruces de nuevo con nuestro capitalismo salvaje.


Existen unos causantes históricos, que fueron llevados a cabo en los 60-70-80 y 90, como fueron la llamada “revolución verde”, los Programas de Ajuste Estructural, los tratados de libre comercio, la Organización Mundial del Comercio y los subsidios agrícolas en el Norte, que provocaron la destrucción de los sistemas alimentarios de los países del Sur. La “revolución verde” surgió promovida por el objetivo de modernizar la agricultura, que aumentase los niveles de producción en los países del Sur. Pero aunque se consiguió un aumento del 11% en la producción también se aumentó el mismo porcentaje en el número de hambrientos. ¿Por qué ocurrió esto? Porque la “revolución verde” tan sólo atacó el aspecto de la producción, pero no tocó para nada aspectos tan importantes como la concentración del poder económico, el acceso a la tierra, la redistribución de los recursos, etc…, es decir, si los pobres no tienen dinero para la adquisición alimentos, el aumento de la producción no sirvió de nada. Y encima tuvo una serie de daños colaterales: se produjo un aumento del poder de los grandes conglomerados agroindustriales, provocó una pérdida de un 90% de la biodiversidad de cultivos, migración de millones de agricultores del campo a la ciudad… en definitiva se desmantelaron los sistemas agrícolas tradicionales que garantizaban la seguridad alimentaria.


Pero todo se complicó aún más, si cabe, con la implantación de las políticas que definían los Programas de Ajuste Estructural (PAE), por parte del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para darles el respaldo financiero a estos países de cara a afrontar su deuda externa. Los PAE buscaban la máxima de “exportar más y gastar menos”, que a priori parece atractiva, pero veamos que provocó. Los PAE se caracterizaban por imponer las siguientes medidas: eliminación de subvenciones a la producción de productos de primera necesidad (pan, arroz, leche, azúcar,…), eliminación de los aranceles a la importación (provocando la entrada masiva de productos del Norte), reducción del gasto público (educación, sanidad, viviendas e infraestructuras), devaluación de la moneda nacional para reducir el precio de los productos destinados a la exportación (que provocó la disminución del poder adquisitivo de la población). Para atraer divisas (inversiones extranjeras) se fomentaron los monocultivos destinados a la exportación, que produjo una desmantelación de la agricultura autóctona destinada a la alimentación local. La eliminación de las barreras aduaneras (aranceles…) provocó la entrada de productos de EEUU y Europa subvencionados y a precios inferiores al local, por debajo del precio de coste. Acabando definitivamente con la producción agrícola local. Se realizaron innumerables privatizaciones a precios irrisorios de las cuales se beneficiaron las multinacionales del Norte.


Es decir, a los agricultores nacionales se les deja de subvencionar y dejamos el mercado libre para entrar productos del Norte, donde si están permitidas las subvenciones a los productores, con precios más bajos que los nacionales. Y ¿así querían levantar a los países pobres?¿o aumentar los mercados para los productos del Norte?. Así se desmanteló la producción local que estaba aislada de movimientos especulativos internacionales. Y las masas de campesinos tuvieron que emigrar a las ciudades miseria.


Los PAE desmantelaron el sistema productivo agrícola local, provocando la pobreza extrema en esos países. Se eliminó un sistema productivo local sostenible por otro intensivo, de carácter industrial, supeditado a los intereses especulativos internacionales. Provocando una total inseguridad alimentaria. Junto con las políticas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) obligaron a países en desarrollo a eliminar sus aranceles a las importaciones y eliminar las subvenciones; abriéndose así a los productos de los mercados del Norte que permanecían altamente protegidos. Llevando a la quiebra a los campesinos del Sur y haciéndoles dependientes de las importaciones de los productos de los países del Norte. Los países del Sur hace 40 años eran totalmente autosuficientes y hoy son totalmente dependientes. Sirva de ejemplo: en los años 60 África se autoabastecía y, además, exportaba alimentos por valor de unos 1.300 millones de dólares y hoy en día importa el 25% de sus alimentos.


En la actualidad el Modelo Alimentario Mundial se caracteriza por una alta concentración empresarial que monopolizan Grandes Corporaciones, que son parte importante del GC, que anteponen sus intereses económicos al bien público y de la comunidad. Éste está enraizado en la lógica capitalista de búsquedas de los máximos beneficios año tras año, optimización de los costes y explotación de la mano de obra. Obviando totalmente las necesidades alimenticias de las personas y la producción sostenible respecto al medio ambiente. Monopolizan los derechos y comercialización de las semillas, plantas y productos elaborados.


A esto último habría que añadir dos causantes coyunturales surgidos en el último lustro que han terminado por minar el sistema que ya estaba totalmente reventado, que han provocado la subida de los precios de los alimentos: como son el aumento del precio del petróleo y los movimientos especulativos actuales en materias primas. El precio del petróleo en los años 2007 y 2008 ha sufrido un incremento de un 100% provocando un aumento en fertilizantes y en el transporte. Ello conllevó un aumento de la inversión en la producción de biocombustibles. Pero claro sin la legislación apropiada, que impidiese las consecuencias que derivaron, los efectos fueron totalmente nocivos. Se produjo un desvío de la producción mundial de cereales de aproximadamente un 5% a la fabricación de agrocombustibles, provocando también un aumento en el precio de los cereales. Al caer la oferta de cereales, que se ha desviado del mercado alimenticio al mercado de biocombustibles, provocó un aumento de los precios. Un informe del Banco Mundial afirma que la producción de agrocombustibles ha provocado un aumento de un 75% del precio de los cereales.


Como antes he mencionado, en el aumento del precio de alimentos también ha influido el incremento de la inversión especulativa en las materias primas. En estos tiempos de crisis, en que los mercados andan revolucionados y desconfiados, intentan buscar zonas de inversión en busca, como siempre, de una rentabilidad máxima a corto plazo, es decir, especulativa. Gran cantidad de capitales provenientes de bancos, multinacionales y fondos de inversión buscando lugares más seguros y con mayor rentabilidad fueron a parar al mercado de futuros alimenticio. Provocando, también, una fuerte subida en el precio de los alimentos. Se cifra que un 55% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo.


El impacto de todas ellas ha derivado en la actual crisis alimentaria mundial. Pero su impacto no ha tenido repercusión sólo en los países pobres, o llamados del Sur, sino que también en los países del Norte. La subida de los precios de los cereales, por todo lo mencionado antes, ha provocado un incremento en la subida de los precios de todos sus derivados, piensos incluidos. El aumento del precio de los carburantes junto con los poderes negociadores de las grandes multinacionales, provocaron que la diferencia del precio en origen frente al precio pagado por el consumidor final haya sido de hasta un 400% de media. El 60% del beneficio final del producto se concentra en el tramo final de la cadena, el supermercado. Así mientras los beneficios de las grandes corporaciones (GC) va en aumento, la situación del campo va peor día a día. Sirva de ejemplo que la renta agraria es actualmente un 65% de la renta general. En España en los últimos 10 años han desaparecido 10 explotaciones agrarias al día. Pero el problema, de no solucionarse, se traslada a que en los próximos 15 años España tendrá que importar el 80 % de los alimentos necesarios para alimentar a la población, según un informe de la Fundación Terra del año 2006. La crisis ya no es solo de los países de Sur sino que también atañe a los países del Norte. Aunque, claro está, que con sus pequeñas diferencias: en el Norte dedicamos entre un 10 y 20 % de nuestra renta la compra de alimentos, mientras que los países del Sur entre un 50 y un 80 % de su renta. Pero los del Norte no vamos a seguir siempre así, si dependemos cada vez más de las importaciones.


Los que han salido ganando son las grandes corporaciones, es decir, de nuevo, nuestro “amigo” el Gran Capital (GC). Desde el origen, a través del monopolio de la semillas (Mosanto,etc…), el 82% del mercado de semillas están compuesto por semillas patentadas, fertilizantes y plaguicidas llegan al 84%.


Pero otro mundo es posible. Existen alternativas, que cambiarían el sistema, implantando un sistema agrario sostenible, ecológico, respetuoso con el medio ambiente, de precios estables y justos. Un sistema alternativo a las políticas neoliberales que nos gobiernan. Un sistema de comercio que prohíba el libre movimiento de capitales, se prohíban los mercados a futuros de productos alimenticios, que sea claro y regulado en todas los eslabones de su cadena de comercialización. Se debe regular el mercado para la estabilización de precios y control de las importaciones. Deben de existir políticas de ayuda al pequeño campesinado, a la agricultura ecológica y al comercio para llevar sus productos al mercado, obviando a las grandes multinacionales de la distribución y sus condiciones esclavistas, provocando así que el valor añadido sea el justo y además se quede en la zona de producción, provocando allí también crecimiento económico. Prohibir las patentes sobre semillas y plantas; y defender la producción de todas las variedades de productos de cada zona. Y si avanzamos más allá, debemos consumir responsablemente, sólo lo que necesitamos, rechazando el consumismo excesivo del sistema capitalista.


Ahora os adjunto unos enlaces de documentales y artículos de interés:


http://www.youtube.com/watch?v=Vc0w1mxFtxI



http://www.youtube.com/watch?v=acHJTFoAijk&feature=fvst



http://www.youtube.com/watch?v=-AwiDtJ5REA

http://www.youtube.com/watch?v=8qDTTxV2_Xk



http://www.youtube.com/watch?v=nkxjQ--TDdo


sábado, 6 de agosto de 2011

Otra manera es posible

¿Por qué no se han realizado ninguna de las reformas prometidas por el G8 después del estallido de la crisis?, se argumentaba que se tenia que producir una refundación del capitalismo. ¿Por qué todas y cada una de las reformas que se han aplicado al sistema son para la reducción de los derechos sociales y ninguna para la prevención de una futura crisis?. ¿Por qué no se han atacado a las causas que provocaron la crisis, sino todo lo contrario seguimos favoreciéndolas?. ¿Porque se sigue haciendo caso a las Agencias de Calificación que tanto daño nos hicieron en el pasado con sus dictámenes erróneos? Además, sabiendo, que son entidades privadas que se deben al capital que la conforma. ¿Por que no se han eliminado los paraisos fiscales? cosa que se comento en el G8. ¿Porque no se han establecido impuestos mas altos a las SICAV y las grandes fortunas, y, en cambio, se ha aumentado la presión fiscal al ciudadano medio?.

Todas estas preguntas tienen una sola respuesta: El Gran Capital (grandes fortunas, multinacionales y grandes fondos de inversión, etc…) son los que controlan el mundo, ellos deciden, y no lo van a hacer en su contra.

Hoy en día, estamos sentando unas bases muy contundentes para que a muy corto plazo tengamos otra crisis económica. Todas las reformas que se han realizado, que han sido muy duras para la clase trabajadora y sólo para ella, han sido exigidas por el Gran Capital (GC), y ninguna ha dado frutos de prosperidad alguna, es más estamos peor que antes, con los países, ya no sólo periféricos, al borde del abismo. Pero el GC, lo he dicho muchas veces, no está dejando pasar su oportunidad de desmontar el estado del bienestar.

La situación actual no deja duda de ello. Los países se encuentran aún mas endeudados y al borde del precipicio que antes, por salvar al sistema financiero. El sistema del bienestar social está siendo volatilizado, hoy en día no está tranquilo con su puesto de trabajo no ya los trabajadores fijos sino tampoco lo funcionarios, un trabajador fijo lo despiden por la mitad que antes, la edad de jubilación ha aunmentado, etc… y enciman preconizan que hay que flexibilizar aun más el mercado de trabajo. Existen Fondos de Inversión inmobiliarios de carácter especulativo que se dedican la compra de pisos embargados para aguantarlos unos años y luego venderlos, es decir, que volvemos a caer en los mismos errores del pasado. Y el crédito sigue sin llegar a la sociedad.

¿Por qué tantas medidas, en su favor, no satisfacen al GC? No será que siguen el viejo refrán que “a río revuelto ganancia de pescadores”. Si los países para colocar su deuda en el mercado tienen que subir los tipos de interés de manera sustantiva, los compradores cuando venzan los bonos y letras del estado dentro de x años tendrán pingues beneficios. Así tienen valores seguros, como son la deuda pública de Estados sólidos como España, a tipos de interes altos, parecidos a los de la renta variable. El negocio es redondo. Y encima matan dos pájaros de un tiro, porque desmantelan el sistema del bienestar social, exigiendo reformas que no terminan de satisfacerles, de cara a la galería, para poder seguir especulando. ¿Qué les convendrá más que haya estabilidad financiera en los países? O ¿que siga subiendo la prima de riesgo?. Los especuladores se han pasado del mercado inmobiliario al mercado de deuda pública.

Así se puede observar que los trabajadores y la sociedad media en su conjunto está mucho peor conforme pasa el tiempo, pero ¿y los GCs?. Los beneficios de las empresas multinacionales ya están creciendo con valores de dos cifras. Y los altos directivos obteniendo bonus del 15% mientras anuncian recortes de hasta un 20% de sus platillas.

Y en éstas, nos siguen bombardeando con la idea de que está es la única vía y que otra alternativa no es posible. Pues yo les diría que me niego a creerme eso. Existe una alternativa económica, de un Capitalismo menos deprabado y más humano, que facilite que no dependa el bienestar de una sociedad de la especulación de los mercados. Una alternativa que materialice una democracia real, en la que gobiernen los ciudadanos y no los que prestan el dinero a los gobiernos. Una sociedad que busque y persiga una enconomía productiva y sostenible, que no esté sometida a los bandazos inestables de una economía especulativa. Se deben blindar no ya los mercados de bienes esenciales como los alimentos, la vivienda, etc… sino también los de deuda pública para que no sean atacados por los especuladores. Esa alternativa existe y está ahí, lo que debe existir es voluntad de aplicarla.

Me gustaría hacer referencia al Movimiento del 15M. Me parece que ya era hora, dado que también me considero una persona indignada con todo lo que nos está pasando. Pero sino canalizan todas esas ideas en un programa que argumente un partido político. Todo lo que hacen no valdrá para nada y se difuminará en el tiempo. Además tienen una oportunidad histórica para que se materialice ya en un proyecto político, sino el entusiasmo que muestra toda la sociedad con ellos desaparecerá. El ciudadano se acuerda de lo de hoy, lo de ayer ya se le olvidó, eso lo saben muy bien los políticos. No deben aspirar a máximos queriendo cambiar el sistema de forma radical, sin ser un movimiento político y quedarse en sólo un movimiento ciudadano, porque eso es una utopía. En ello se refleja el resultado de las últimas elecciones municipales y autonómicas y las encuestas de la generales, que arroya el Partido Popular, que es un partido de derechas, que no destaca precisamente por defender los principios del 15M sino todo lo contrario. El sistema se cambia y mejora desde dentro, lo demás es inútil.