domingo, 1 de febrero de 2009

El Movimiento Slow

Desde hace tiempo vengo baranjando una serie de temas para inagurar este blog y tras mucho decidir, me gustaría hablaros del Movimiento Slow. Se trata de un movimiento social que trata de impulsar en nuestro estilo de vida un cambio, que nos reportará una mejor calidad de vida, a través del mejor disfrute de la misma. Ese cambio radiará en combatir los grandes males de las sociedades modernas: estrés, ansiedad, depresión, mal nutrición, etc…

El Movimiento Slow, a través de sus diferentes campos, trata, en definitiva, de concienciarnos de que debemos ser más lentos en nuestro ritmo de vida, siempre que podamos serlo, porque ser siempre rápidos sin necesidad de ello, y todo el tiempo, implica que se pague un precio, y ese precio se cobra con nuestra salud.

El ritmo de vida que impone el capitalismo moderno implica una serie de dolencias que cada vez se están dando en personas más jóvenes. Dolencias, las cuales, antes eran de personas mucho mayores, como el insomnio, jaquecas, asma, hipertensión, problemas digestivos, etc… La cultura de producir más y a mayor cantidad, primando la cantidad sobre la calidad, para obtener cada año más y mayores beneficios record está repercudiendo en la salud y en la calidad de vida de todos nosotros. Vivimos imbuidos en la enfermedad del tiempo, siempre debemos ser cada vez más rápidos, siempre nos falta tiempo para todo, el rápido es el vencedor. Un ejemplo de lo que os estoy diciendo es lo que le pasó a un japonés llamado Kamei Shuji, este señor era un agente de bolsa que trabajaba noventa horas a la semana, indudablemente era puesto por la empresa como ejemplo y modelo a seguir para todos sus trabajadores. Además le pidieron que enseñara al resto de la plantilla cuales eran sus técnicas. En épocas de crisis trabajaba aún más para intentar seguir manteniendo el ritmo de ventas y beneficios. El señor Kamei murió a los ventiseis años de un ataque al corazón. Aunque más de uno dirá que se trata de un caso muy extremo, yo diría que aunque extremo también es escenificador de lo que a una menor escala ocurre en nuestra sociedad y con los mismos efectos nocivos.

Los efectos negativos que tiene el ritmo de vida que llevamos, no son sólo sobre nuestra salud, sino también sobre nuestra calidad de vida. Como dice Carl Horone “es inevitable que una vida apresurada se convierta en superficial,..., hemos olvidado la espera de las cosas y la manera de gozar el momento cuando llega”. Vamos tan rápido que no apreciamos las cosas, no vivimos el presente pensando siempre en llegar cuanto antes al futuro. El estilo de vida rápido no sólo es en el trabajo sino que también lo trasladamos al resto del día. Nos hemos olvidado de lo bueno que es pasarse una tarde sin hacer nada, sin pensar en hacer nada, más de uno ya no se acordará de la última vez que lo hizo. Nos hemos olvidado de comer tranquilos disfrutando de la comida y la conversación. Estamos siempre pensando en hacer, y haciendo, muchas cosas, que al ser tantas, la debemos hacer muy rápido, impidiendo así que las disfrutemos. En cambio, si hicieramos menos cantidad de cosas las disfrutaríamos más. Debemos primar más a la calidad que a la cantidad. Un ejemplo son los viajes turísticos en los que en una semana ves un montón de ciudades, y no las aprecias tanto, como si esa semana estuvieras en tan sólo dos ciudades, las disfrutarias mucho más, verías el día a día y una multitud de sitios más de ellas, que de la otra forma no verías, y que ayudarían a disfrutarlas mejor.

El Movimiento Slow preconiza que hacer las cosas más despacio, casi siempre, implica hacerlas mejor. Todo mejora si prescindimos de la rapidez en el trabajo, en la salud, en la familia, en el ejercicio, en la cocina, en el sexo, etc… Debo dejar claro que esta filosofía de vida no indica ser lento en todo momento y circunstancia, sino que se trata de actuar con rápidez cuando tiene razón hacerlo y lento cuando eso sea lo más conveniente, es decir, tener siempre la velocidad apropiada, y evitar en lo posible la multiplicidad de tareas.

Me diréis que todo esto es muy bonito pero es utópico en determinados aspectos de la vida, como puede ser el trabajo, etc.. Por eso debemos reflexionar sobre nuestro estilo de vida y los aspectos que podríamos cambiar de él. No sólo ya porque influye sobre nuestra calidad de vida, sino también en la de nuestro propio planeta. El consumismo desmesurado y rápido, que provoca beneficios record año tras año en las empresas, y que es condición sin ecuanum para que éstas no despidan gente, esta provocando un agotamiento de nuestro planeta. Todo esto último aunque relacionado con el movimiento Slow es un tema más amplio para tratar aparte.

El movimiento Slow se ha ido desarrollando en diferentes aspectos de la vida, dando lugar a diferentes ramas del mismo: slow food dedicado a la idea de que es preciso cultivar, cocinar y comer los alimentos de manera relajada; cittá slow que intenta fomentar la reducción del ruido, el tráfico, la contaminación, aumentar las zonas verdes, etc..; slow thinking indica que pensar tranquilamente y sin prisas da como resultado cosas más creativas y mejores; el sexo lento establece que hacer el amor de manera pausada, haciendo hincapié en cada uno de los pasos y sin prisas es más placentero; el movimiento slow en el trabajo, la gran mayoría de las empresas reducen la plantilla hasta el límite, provocando que un empleado haga las tareas que antes hacían varios en el mismo periodo de tiempo, muchos trabajadores trabajan horas extras y en vacaciones por miedo al despido, en muchos sectores de nuestra economía se está volviendo a situaciones parecidas al siglo XIX, aunque este sería otro tema para tratar más ampliamente, se podría argumentar sobre este campo tan amplio que trabajar menos a menudo implica ganar menos dinero, pero yo creo que merece la pena pagar ese precio, disfrutando así más de la familia, los amigos, los jobis, o simplemente no hacer nada; el movimiento slow en la educación , tanto en la escolaridad como en la extraescolaridad, es decir, en el colegio los sistemas educativos tratan de meter a los niños y jóvenes cada vez más conceptos en el menor cantidad de tiempo posible haciendo que éstos se aprendan superficialmente, como ejemplo son las carreras universitarias que cada vez son de menos años y enseñan muchos más materias que hace tiempo cuando eran de más años, y en las horas extraescolares cargamos a los niños de gran cantidad de actividades y deberes, esto está provocando ya que niños de corta edad padezcan problemas digestivos, estrés, ansiedad, dolores de cabeza e insomnio.

Espero que estas líneas nos hagan, por lo menos, pensar y reflexionar sobre nuestro estilo de vida, y que podemos cambiar de él para así tener una mejor salud presente y futura y en definitiva ser más felices.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con el movimiento slow:slow thinking, slow food, slow SEXO, slow en el trabajo. Aunque también pienso que este movimiento slow se interioriza más, cuanto mayor vas siendo, y valoras lo bueno de la vida, y lo disfrutas lentamente, sin prisas. Cuando eres joven te crees que te vas a comer el mundo en unos pocos años.
    Excelente el artículo, y si me permites añadiría slow política: vamos a hacer una política sólida, pensando en el futuro, y también slow fútbol para que se lo aplique mi Atleti y haga un proyecto serio, sin prisas por el resultado inmediato, sin ganancias millonarias con traspasos dudosos, sin mantenerse en el poder a toda costa....Repito, excelente artículo.

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