lunes, 21 de marzo de 2022

Alerta tierras raras

La necesidad de una transición energética hacia energías limpias, poniendo fin al uso de combustibles fósiles y contaminantes, debido a su efecto sobre el clima y el medio ambiente, es un hecho con el que una gran mayoría estamos de acuerdo, tal es así que está quedando plasmado en diferentes acuerdos y agendas internacionales, sobre todo a nivel europeo. Siendo este compromiso no solo de nivel colectivo, si no que necesariamente debe serlo a nivel individual. Otra cuestión es su real aplicación e implicación, sobre todo de los países más contaminantes; pero esa es otra cuestión, que aunque no menor, no va a tratar este artículo.


Estas energías limpias y la revolución digital requieren de una gran cantidad de componentes constituidos por las llamadas tierras raras, son básicos para la tecnología actual. Las tierras raras son 17 elementos químicos (escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Pero su denominación de raras no radica en que sean poco abundantes, sino por el hecho de que no se encuentran puros en la naturaleza, están formando parte de otros minerales y además en proporciones mínimas. En una proporción media de 100 gramos de tierras raras por cada tonelada de material.


Ahí ya estamos observando unos de los inconvenientes de estos elementos. Al ser necesaria una fuerte extracción de material de tierra para obtener esos elementos químicos, las minas son a cielo abierto con fuerte impacto medioambiental, junto con que con su procesamiento para su obtención requiere de gran cantidad de agua y productos tóxicos que envenena el suelo, el agua y el aire de las zonas en las que están implantadas estas explotaciones.




El tiempo que requiere la puesta en marcha de una proyecto minero de estas características es de 16 años de media. Chocando con la normativa medioambiental de la mayoría de los países.


En Europa debido a las medidas medioambientales que poseemos no desarrollamos ese tipo de explotaciones de forma más común. Estados Unidos en los 80 eran el mayor productor mundial pero por esos motivos han ido descendiendo su producción, importando actualmente el 80% de las tierras raras que necesita a China.




China es el mayor productor mundial. Según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos en 2019 China controlaba el 61,97% de la producción de tierras raras, y según otras fuentes el 95% de su procesamiento. Así que China tiene en sus manos tanto el suministro como el precio de estos elementos al resto del mundo. Y este factor lo viene utilizando a su favor desde hace años.


El reciclaje en el mercado de las tierras raras afecta tan solo a un 1%, actualmente. Es la llamada minería urbana, extraer los materiales del vertedero y no de la naturaleza.


Por los que las tierras raras, a priori, presentan una serie de inconvenientes:


  • Altísima concentración geográfica de producción y procesamiento.
  • Fuerte impacto medioambiental y contaminante de sus explotaciones de extracción.
  • Bajo porcentaje de reciclabilidad actualmente.
  • Problemas geopolíticos.


Poniendo un ejemplo del impacto de las tierras raras. Un vehículo actualmente lleva dentro de  sus elementos como baterias, luces, chips, sensores, pantallas lcd y demás componentes electrónicos, de media entre 9 y 11 kilos de tierras raras. Si para producir 100 gramos se necesita una tonelada de material extraído, para la un coche es necesario sacar de la tierra 110 toneladas de tierra.





Pero sin las tierras raras la transición energética sería imposible. Son imprescindibles para ello. Por ejemplo, las placas solares son eficientes debido a ellas, esos componentes hacen que las placas conviertan la luz no visible, infrarroja (50% de la luz solar) y ultravioleta, en luz visible, para poderlas también transformar en energía.




Pero tampoco podemos transitar de una energía contaminante y finita a otra que también lo es, o por lo menos los elementos imprescindibles para que funcione. Así el principal reto de las tierras raras es resolver los problemas medioambientales que conllevan su extracción, y su falta de reciclaje.


Aunque ya hay pasos en ese sentido, con la minería verde, la solución, que duda cabe, está en el cambio del estilo de vida consumista que tiene nuestra sociedad. Esa es la clave aunque tengamos el 100% de energías limpias.

1 comentario:

  1. Encuentro interesantísima esta reflexión sobre una problemática tan actual en nuestro planeta.
    No cabe duda que nuestra sociedad tiene mucho que cambiar, y aunque en ello incluyo el alto grado de consumismo, como consumidora nata que soy y que aún no se ha rehabilitado, parto una lanza en favor de este, el cual, ha originado una Revolución Tecnológica e Inventiva que nos ha llevado a una nueva Era que cambiará sustancialmente el mundo.
    Creo que la conditio sine qua para conseguir una energía 100 % renovable, es tener un 100 % de reciclaje, temática de tu anterior reflexión también muy interesante y que actualmente tiene unos niveles bajísimos y que varían en función de la materia.
    Por ello, y bajo la lógica de una gobernanza ambiental y que tiene que ver en cómo la participación de la sociedad ayudará a definir el tipo de ciudad que tendremos en el futuro, abogo por medidas estrictas en cuanto al reciclaje y una mayor inversión pública, dado que, al no ser altamente rentable, la inversión y desarrollo privado es prácticamente inexistente.

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